La llama Trina

La llama trina, o chispa divina, es la semilla de lo divino adentro de nosotros. Es la que representa dentro de tu corazón los tres aspectos de Dios. Es el foco  personal del fuego sagrado.

La llama trina dentro del chakra del corazón encarna las mismas cualidades de amor, sabiduría y poder que se manifiestan en el corazón de la Divinidad, en el corazón de tu Presencia YO SOY, y en el corazón de tu Ser Superior.

El corazón es el vínculo del alma a la Divinidad. Esto se debe a que la Presencia YO SOY, colocó una llama espiritual― su propia esencia― en el corazón de cada uno. Esta llama también es la esencia de Dios, porque la Presencia YO SOY, es una emanación de Dios.

Este centro de energía posee tres llamas, que son las transmisoras de los dones divinos:

  • La llama Azul, situada a la izquierda, representa el Poder, la Voluntad
  • La llama Rosa, situada a la derecha, representa el Amor
  • La llama Dorada, situada en el centro, representa la Sabiduría

La llama en el corazón es tu foco personal del fuego sagrado. Es tu oportunidad para hacerte uno con tu Ser Superior, ya sea que lo llames Cristo, Buda, Allah, etc. Es el potencial de tu Divinidad que espera surgir para existir dentro de tu humanidad.

Es allí donde Dios se encuentra, por eso es mejor no decir que eres débil y que no tienes fe porque toda la Fuerza y la Fe de Dios la tienes ya anclada en el corazón. Ni que eres ignorante y que no sabes, porque toda la Sabiduría de Dios la tienes ya anclada en tu corazón. Tampoco que odias y que detestas algo o a alguien porque todo el Amor de Dios lo tienes ya anclado en tu corazón.

Chakras

Chakra significa rueda en sánscrito. Los vedas utilizaron este término para denominar a los centros energéticos del cuerpo humano. Nuestro cuerpo físico está vivificado por la fuerza vital existente que mantiene con vida a todos los seres. Esta fuerza vital penetra por estos centros energéticos, o chakras. Son puertas de entrada a la energía, funcionan como válvulas y regulan el flujo de energía a través de nuestro sistema energético. Su misión es canalizar la vibración de la energía Universal recibida y absorbida.  Esta energía es conducida hacia las estructuras celulares, los órganos, las glándulas y los tejidos del cuerpo físico, los cuales se nutren de ella y la utilizan para mantener sus funciones vitales.

Tenemos siete chakras principales o mayores y veintiún chakras secundarios o menores.

Los chakras no son físicos, son aspectos de nuestra conciencia. Interaccionan con el cuerpo físico a través de dos vehículos principales: el sistema endocrino y el sistema nervioso. Cada uno de los siete chakras está asociado a una de las siete glándulas endocrinas, y a su vez con un grupo de nervios llamado plexo. De este modo, cada chakra puede asociarse a partes y funciones concretas del cuerpo controladas por el plexo o por la glándula endocrina asociada a dicho chakra.

Todos tus sentidos, todas tus percepciones, todos tus posibles estados de conciencia o cualquier cosa que puedas experimentar, se encuentran en un chakra en concreto. Así pues, los chakras no sólo representan partes concretas de tu cuerpo físico, sino también zonas concretas de tu conciencia. El funcionamiento de los chakras refleja las decisiones que tomamos al reaccionar ante las circunstancias de nuestra vida. Abrimos y cerramos estas válvulas cuando decidimos qué pensar y qué sentir.

Cuando piensas en algo negativo, en algo que te asusta o te preocupa, las células de tu cerebro transforman la información decodificándola y los átomos que reciben ese pensamiento se mueven al nivel de vibración que corresponde a ese pensamiento, enviando una respuesta acorde que verás manifestada en una emoción. Estos pensamientos y emociones provocarán que el o los chakras afectados se bloqueen y dejen de fluir con normalidad. Si esta situación se mantiene durante un largo periodo de tiempo, o a un nivel de intensidad determinado, se producirá un efecto físico en tu cuerpo. Un síntoma que nos estará advirtiendo de que algo no va bien en nuestra conciencia y que deberemos cambiar (actitudes, hábitos, comportamientos, patrones de pensamiento…).

Cuando nuestra energía circula de forma armoniosa, nos sentimos felices y sanos; pero cuando nuestra energía se estanca por esos centros energéticos, entonces es cuando surgen las enfermedades, el malestar emocional y la infelicidad.

Si deseamos mantener nuestra salud general y prevenir dolencias y enfermedades, resulta de vital importancia que aprendamos a “nutrir” nuestros chakras de forma adecuada.

Caracteristicas de los chakras

Fábula de dónde los dioses escondieron la felicidad

Al principio de los tiempos, los dioses se reunieron para crear al hombre y a la mujer. Lo hicieron a su imagen y semejanza, pero uno de ellos dijo:

-Un momento, si vamos a crearlos a nuestra imagen y semejanza, van a tener un cuerpo igual al nuestro y una fuerza e inteligencia igual a la nuestra. Debemos pensar en algo que los diferencie de nosotros, de lo contrario estaremos creando nuevos dioses.

Después de mucho pensar, uno de ellos dijo:

– Ya sé, vamos a quitarles la felicidad.

– Pero dónde vamos a esconderla. – Preguntó otro.

– Vamos a esconderla en la cima de la montaña más alta del mundo.

– No creo que sea una buena idea, con su fuerza acabarán por encontrarla.

– Entonces… podemos esconderla en el fondo del océano.

– No, recuerda que les daremos inteligencia, con la cual, tarde o temprano construirán una máquina que pueda descender a las profundidades del océano.

– ¿Por qué no la escondemos en otro planeta que no sea la tierra?

– Tampoco creo que sea buena idea, porque llegará un día que desarrollarán una tecnología que les permita viajar a otros planetas. Entonces conseguirán la felicidad y serán iguales a nosotros.

Una de los diosas, que había permanecido en silencio todo el tiempo y había escuchado con interés las ideas propuestas por los demás dijo:

– Creo saber el lugar perfecto para esconder la felicidad, donde nunca la encontrarán.

Todos la miraron asombrados y le preguntaron:

– ¿Dónde?

– La esconderemos dentro de ellos mismos, estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la encontrarán.

Todos estuvieron de acuerdo, y desde entonces el hombre se pasa la vida buscando la felicidad sin darse cuenta que la lleva consigo.

La leyenda de la mariposa azul

Cuenta esta leyenda oriental, que hace muchos años, un hombre enviudó y quedó a cargo de sus dos hijas.

Las dos niñas eran muy curiosas, inteligentes y siempre tenían ansias de aprender. Constantemente invadían a preguntas a su padre, para satisfacer su hambre de querer saber. A veces, su padre podía responderles sabiamente, sin embargo, las preguntas de sus hijas le impedían darles una respuesta correcta o que convenciera a las pequeñas.

Viendo la inquietud de las dos niñas, decidió enviarlas de vacaciones a convivir y aprender con un sabio, el cual vivía en lo alto de una colina. El sabio era capaz de responder a todas las preguntas que las pequeñas le planteaban, sin ni siquiera dudar.

Sin embargo, las dos hermanas decidieron hacerle una picara trampa al sabio, para medir su sabiduría. Una noche, ambas comenzaron a idear un plan: proponerle al sabio una pregunta que éste no fuera capaz de responder.

-¿Cómo podremos engañar al sabio? ¿Qué pregunta podríamos hacerle que no sea capaz de responder?- preguntó la hermana pequeña a la más mayor.

-Espera aquí, enseguida te lo mostraré- indicó la mayor.

La hermana mayor salió al monte y regresó al cabo de una hora. Tenía su delantal cerrado a modo de saco, escondiendo algo.

-¿Qué tienes ahí?- preguntó la hermana pequeña.

La hermana mayor metió su mano en el delantal y le mostró a la niña una hermosa mariposa azul.

-¡Qué belleza! ¿Qué vas a hacer con ella?

-Esta será nuestra arma para hacer la pregunta trampa al maestro. Iremos en su busca y esconderé esta mariposa en mi mano. Entonces le preguntaré al sabio si la mariposa que está en mi mano está viva o muerta. Si él responde que está viva, apretaré mi mano y la mataré. Si responde que está muerta, la dejaré libre. Por lo tanto, conteste lo que conteste, su respuesta será siempre errónea.

Aceptando la propuesta de la hermana mayor, amabas niñas fueron a buscar al sabio.

-Sabio- dijo la mayor- ¿Podría indicarnos si la mariposa que llevo en mi mano está viva o está muerta?

A lo que el sabio, con una sonrisa pícara, le contestó: “Depende de ti, ella está en tus manos”.

Nuestro presente y nuestro futuro esta únicamente en nuestras manos. Nunca debemos culpar a alguien si algo falla. Si algo perdemos o si algo conseguimos, nosotros somos los únicos responsables.

La mariposa azul es nuestra vida. En nuestras manos está que queremos hacer con ella.

entrada